Quienes han tenido la oportunidad de convivir con una mascota saben que no hay mejor compañero de aventuras, ni mejor terapeuta para los momentos difíciles. En general las mascotas son excelentes amigos que nos ayudan a aliviar la soledad, a estar más saludables y nos enseñan grandes lecciones de generosidad. Por eso muchos animales han estado presentes en el desarrollo humano, desde tiempos antiguos, su compañía nos ha hecho más fuertes. Tal es el caso de los perros de asistencia, que tienen el trabajo de ayudar a sus humanos en tareas diarias cuando se les dificulta algo o necesitan estar alertas en situaciones de riesgo.
Existen perros lazarillos que guían a las personas a través de la ciudad, existen perros que pueden alertar a una persona cuando está por sufrir una convulsión e incluso existen perros que sirven de apoyo emocional para las personas, que están ahí para ellos en momentos difíciles y los hacen fuertes.
En el caso de la educación, muchos niños se han beneficiado de un programa que comenzó en Utah, Estados Unidos, gracias a la fundación Intermountain Therapy Animals, el cual da la oportunidad, a muchos pequeños que empiezan a leer, de practicar sus habilidades en compañía de perros entrenados especialmente para escucharlos. La fundadora del programa en Seattle y creadora de Bow, Wows and Books, Judi Anderson Wright, cree que esto brinda a los más jóvenes la oportunidad de aprender a leer en un ambiente amable, que no los juzga ni les exige perfección.
Aunque las ventajas de este tipo de programas apenas comienzan a estudiarse, las anécdotas han demostrado que se trata de algo que trae grandes beneficios, simplemente porque estimula a los niños a leer. Muchas veces, en un ambiente educativo no se sienten atraídos por la lectura, pero en las bibliotecas y escuelas en donde conviven con perros, el ánimo sube. Por otro lado, hay beneficios a la salud, pues el simple hecho de convivir con una mascota disminuye la presión arterial, relaja a los pequeños y los motiva a leer.
Los perros que pertenecen a estos programas son entrenados para convivir con niños de forma tranquila, pero también a prestar atención a sus palabras, algunos incluso pueden cambiar páginas o seguir con sus patas las líneas en las páginas de los libros, lo cual hace sentir al niño que su lectura es acompañada por su peludo amigo. Se sientan en las bibliotecas o salones, tranquilamente a escuchar su lectura.
Uno de los padres de un pequeño que tuvo la oportunidad de convivir con estos animales de servicio narra que su hijo se sentía avergonzado en clase para leer, por lo que se negaba completamente a hacerlo, sin embargo, tras tres sesiones de leer en silencio junto a un perro, comenzó a leerle en voz alta, sin detenerse y con mucha tranquilidad. Este tipo de anécdotas traen felicidad a los propios niños, que ganan confianza y descubren, en un ambiente seguro, que son capaces de hacer mucho más de lo que piensan.
¿Qué opinas de esta técnica? ¿Crees que podría serle útil a alguno de tus alumnos?