Hace poco tiempo los spinners eran la moda de todos los salones de clases, más tarde llegó la fiebre del slime y quizá actualmente lidies con los llamados squishies en las aulas de tu escuela. Aunque estos “juguetes” sirven para algunas personas, en los salones de clase acabaron prohibidos por la distracción que generaban entre los estudiantes, algunos maestros acabaron por alucinar los famosos spinners. De esa forma, alumnos que se podrían haber beneficiado de ello resultaron afectados, quizá sin saberlo.
¿Estos juguetes son realmente útiles?
Quizá la distinción que debemos hacer es saber si debemos llamarlos juguetes o quizá más bien herramientas. Los juguetes de regulación sensorial, que serían justamente los spinners, las pelotas anti estrés, el slime, los squishies y demás objetos, pueden servir para que nuestros alumnos regulen su energía, se relajen en ciertos momentos y se concentren mejor en las clases. El detalle es que no todos los alumnos funcionan de la misma manera, por lo tanto algunos alumnos podrían distraerse más que beneficiarse, mientras que otros podrían necesitar otra clase de regulación.
Autismo, déficit de atención y regulación
Estos juguetes son utilizados por personas en el espectro autista o con déficit de atención, pues sirven para regular las sensaciones físicas o para liberar energía mientras se concentran en alguna tarea, pero no solamente ellos se beneficiarán de estas herramientas. Algunos alumnos podrían sentirse sobrecargados cuando hay ruido en el salón de clases, cuando deben concentrarse en escuchar, cuando se sienten estresados por el examen o cuando han tenido muchas actividades y necesitan bajar un poco el ritmo.
Aunque muchos alumnos también podrían distraerse con estos elementos, si su estilo de aprendizaje no requiere del movimiento o de los colores de un juguete, pero si en momentos de descanso, por lo que, para realmente aprovecharlos en el salón de clases, necesitarás observar a tus alumnos, experimentar en conjunto con ellos y llegar a acuerdos con los pequeños para que todo se utilice en la medida que sea necesario.
¿Cuáles son las herramientas?
En el mercado hay muchos, solo que no siempre los podemos distinguir como herramientas de autoestimulación, regulación y relajación. Sencillamente son juguetes cuyo objetivo no es el de imaginar o jugar, sino moverlos repetidamente, sentirlos, olerlos, escucharlos o verlos, las lámparas de lava, los frascos con brillo, los spinners, los cubos, las bandas elásticas, las pelotas apachurrables, y muchos otros objetos que utilizamos incluso sin darnos cuenta durante el día sirven como herramientas de autoestimulación y relajación.
¿Para qué sirven?
Morder los lápices, mover mucho las piernas al estar sentados, jugar con algún lápiz o hacer sonidos chistosos mientras hacen algún ejercicio son señales de que un alumno podría satisfacer ciertas necesidades con estas herramientas para concentrarse. Aunque también si algunos alumnos se ponen de mal humor por la tarde, se cansan demasiado rápido, no controlan su ira o distraen mucho a sus compañeros también puede que necesiten herramientas sensoriales, solo que no en el mismo momento.
¿Cómo llevarlos a la clase?
Podríamos dividir estos juguetes en dos tipos, los que ayudan en el momento a los alumnos a concentrarse y poner atención en clases, sin distraerlos ni molestar a otros y los que pueden guardarse y utilizarse durante los recesos o pequeños descansos para relajarse, filtrar los estímulos sensoriales acumulados o divertirse un poco.
Quienes no necesitan jugar con algo para concentrarse podrían distraerse con estas herramientas, más que aprovecharlas, pero quienes sí, seguramente, pondrán más atención y participarán mejor en la clase.
Aquellos que se distraen mucho cuando ven un spinner o juegan con plastilina, seguramente se beneficiarán de un rincón en donde puedan tomar esas herramientas en ciertos momentos para filtrar la tensión del día. Algunos alumnos, quizá, de ambos momentos puedan obtener beneficios.
Crea con tus alumnos un kit de herramientas de regulación sensorial, entre todos exploren el uso y descubran cuáles son sus necesidades sensoriales, tanto de los alumos, como tuyas, poco a poco descubrirán si necesitan estimulación visual, auditiva, táctil, olfativa o de movimiento, quizá incluso tú ya tengas identificados a tus alumnos que necesitan moverse para aprender y quienes necesitan estar muy quietos o en silencio.
Entre todos creen un decálogo de buenas prácticas para esos juguetes y platica con ellos por qué algunos necesitan las herramientas durante la clase y algunos solo pueden usarlos para relajarse en los descansos. Llamar a estos objetos “herramientas” y no juguetes, permitirá que vean las cosas con otra dimensión.
Es una forma de ver que todos somos diferentes y por lo tanto no siempre utilizamos de la misma manera los objetos, ni los juguetes.
¿Has tenido alumnos distraidos o beneficiados por estas herramientas?