Al inicio de cursos los padres, los maestros y los alumnos se concentran en las listas de útiles escolares, las tiendas se llenan de padres que muchas veces opinan que las listas son excesivas y maestros que saben que son insuficientes. Pero los recursos didácticos, los cuadernos, los libros y los lápices no son lo único que requerirá el maestro al interior del salón de clases.
¿Qué dirían las listas de regreso a clases si se emitiera una para maestros?
Café, todo el que se pueda
Entrar a clases muy temprano y pasarse varias horas de la noche con calificaciones y papeleo no es algo fácil. Si pidieran una lista de útiles para maestros, esto sería el primer lugar de la lista, necesario para sobrevivir los cinco días de la semana (y también los fines de semana).
Gel antibacterial
Estar en un espacio cerrado con tantos alumnos requiere una dotación de por vida de gel antibacterial, no importa la edad que tengan, nuestros estudiantes suelen poner las manos donde menos lo imaginan los padres. Sí, el gel antibacterial debería estar incluido en todas las listas, pero para evitar una epidemia en el salón de clases.
Analgésicos o aspirinas
Sin importar la edad de nuestros alumnos, ya sean niños pequeños o adolescentes, el ruido en el salón de clases puede llegar a un nivel excepcional, es infinito y no se detiene, aún en los momentos de calma, siempre hay ruido. A esto debemos sumar la incansable tarea de ir de mesa en mesa cuando las dudas surgen durante los ejercicios y un sin fin de situaciones más. El dolor de cabeza es permanente.
Calzado cómodo
Los alumnos tienen su uniforme, calcetas de un color y cuidado con los accesorios; los maestros por su parte tienen su propio requerimiento de vestimenta: el modelo de zapatos más cómodo que tenga, por favor.
Lápices infinitos
Por alguna razón los lápices y los bolígrafos se pierden con una facilidad sorprendente, apenas los sacas de su empaque, lo usas una vez y de pronto no sabes a dónde se ha ido. Por más que compras nuevas y las guardas, las marcas, las cuidas, las vigilas, las plumas y los lápices, ya no están ahí.
A esto podrían sumarse varios artículos más, porque recursos siempre hacen falta en nuestras escuelas, pero un kit básico de supervivencia docente si podemos armar.