En marzo de 2020 una amenaza global cambió la forma en que niños, adolescentes, padres y docentes se acercaban a la escuela, de un modelo mayormente presencial para casi todos los niveles, las clases se hicieron a distancia. A gran velocidad instituciones y docentes tuvieron que adaptar sus programas para el curso, recurrir a todos los aliados tecnológicos posibles y buscar soluciones para las zonas con dificultades de acceso a internet, una planeación que se hizo en la incertidumbre, pues no sabíamos cuánto tiempo duraría la situación. Desde entonces, poco a poco, miles de escuelas alrededor del mundo han tenido que adaptarse para volver a clases, a pesar del temor y la ansiedad que la presencia del virus pueda implicar, pues sabemos que nada puede reemplazar al salón de clases.
Afortunadamente, las estadísticas muestran que en comunidades donde los números de casos diarios se habían estabilizado, el regreso a clases no significó un incremento de casos peligroso y es que todo depende de una buena logística, protocolos respetados y recordatorios constantes. Sabemos que un regreso a clases es algo que deberá ocurrir en algún momento y aunque para algunas zonas es más visible el final del túnel, para otras tardarán un tiempo más. En cualquier caso es importante voltear a ver los ejemplos de otras escuelas, en otros lugares que nos pueden dar una guía de qué podemos esperar para el futuro cercano. Aquí hicimos una lista de las medidas más comunes en diferentes países y espacios para que sepamos cuál será el panorama más posible.
Antes que nada es importante mencionar que aunque la pandemia no ha terminado y un rebrote es algo a lo que todos debemos estar atentos, volver a las escuelas es una prioridad, pues la salud mental y el desarrollo piscoemocional de los alumnos es muy importante. En todas las edades, el mantener a los niños o adolescentes alejados de sus compañeros y el estrés que sufren ante las nuevas condiciones ha propiciado un alza en temas de ansiedad y depresión, así como dificultades en el desarrollo de habilidades importantes. Aunque el regreso a clases no significa un regreso a la misma rutina a la que estaban acostumbrados, si implica una sensación de normalidad, de nuevas rutinas y horarios establecidos, lo cual propicia calma y seguridad. Por otro lado, aunque el avance de las vacunas nos ayudará a mantenernos seguros, debemos saber que el virus no se irá, por el contrario seguiremos con medidas y protocolos necesarios para salvaguardar la salud al menos unos años más. Así que, si las condiciones lo permiten, el regreso a clases es más que necesario.
Claro que nada de esto implica poner en riesgo poblaciones vulnerables, ni aventurarse a un regreso caótico o descontrolado, por el contrario, se deben buscar las condiciones necesarias para que quienes vuelvan a las aulas estén seguros y tranquilos. Algunas de las medidas que se han tomado en otras escuelas del mundo son estas:
La mayor parte de los países que han decidido volver al aula lo han hecho poco a poco y sin pretender que los grupos y horarios previos al distanciamiento social sean iguales, por el contrario, han optado por logísticas de horarios escalonados o días alternados, donde los grupos se dividen en varios subgrupos para evitar que los salones estén llenos o que las escuelas tengan a toda su población al mismo tiempo. Esto implica que de un modelo a distancia transitemos a un modelo híbrido, pues la asistencia a clases no sería total, sino que deberían aprovecharse los horarios disponibles en el aula para profundizar el trabajo o resolver cuestiones específicas, mientras gran parte de la enseñanza todavía ocurre a distancia.
Algo que hemos aprendido del virus en este año es que en exteriores o en espacios bien ventilados las posibilidades de contagio son mucho menores, además de que es posible un mejor distanciamiento cuando hay mayor espacio. Por ello las clases en exteriores o el uso de patios, jardines o hasta espacios públicos que antes no se destinaban a esto se ha convertido en una alternativa para algunos casos, algunas asignaturas y algunos días específicos, así gran parte del tiempo de trabajo al interior de la escuela se ha adaptado.
Definitivamente el evitar el receso en exteriores no es la mejor opción, la actividad física y gran parte de la socialización se dan en el receso, claro que es importante estar atentos y ayudar a los más pequeños a jugar de forma segura, pero es importante permitirles estar afuera tanto como sea posible.
Algo importante para la actividad en la escuela es el trabajo en equipo. Sí, desde los más pequeños hasta los adolescentes y jóvenes necesitarán recordatorios constantes de los protocolos de seguridad, pues naturalmente desean estar juntos, jugar, explorar, por lo que el el equipo escolar deberá transitar a una coordinación de cuidado de los protocolos de seguridad. Estar atentos en pasillos y escaleras, donde el tráfico diario suele implicar tumultos y tropiezos, así como poner recordatorios constantes del uso correcto de cubrebocas y lavado de manos. Más que un trabajo exhaustivo de vigilancia, se busca una buena coordinación y comunicación.
Como se mencionaba más arriba, no todos podremos volver a clases con la misma seguridad, tanto docentes como alumnos e incluso algunas familias con casos específicos podrían implicar un riesgo enorme al volver a clases, por ello es importante que no soltemos la tecnología ni la flexibilidad para trabajar. Es necesario que garanticemos que la escuela es para todos, por ello se buscan protocolos combinados que también incluyan a aquellos que tienen alguna situación por la que no volverán directamente al aula, al menos no todavía. Desde llamadas durante la clase, trabajos conjuntos, entrega de trabajos flexible, resolución de dudas, etc.
Estas son solo algunas de las medidas que se han tomado en otros lugares para el regreso a clases. ¿Para ti cuáles son las más importantes? ¿Cuáles añadirías para volver a clases? ¡Comparte con nosotros y con la Sala de Maestros!