Normalmente, cuando pensamos en los libros que un estudiante debe leer para su educación durante los años escolares se nos vienen a la mente títulos clásicos, de autores de la antigüedad que desde siempre se nos han enseñado como los títulos que aportan conocimientos, sabiduría y cultura al bagaje de los alumnos, sin embargo, esta estrategia no es siempre la más útil para invitar a los estudiantes a hacer de la lectura un pasatiempo recurrente, por el contrario, los enfrenta a un lenguaje muy poco familiar, contextos que no les comunican muchas cosas y situaciones fuera de su imaginario personal, les hacen pensar que leer no es precisamente interesante ni divertido.
Sin embargo, la lectura es un lugar extraordinario para conocernos mejor y adquirir cierta experiencia ante la vida, una que nos transmiten los personajes de nuestras novelas favoritas y que nos enseñan a expresarnos mejor, a descubrir al otro a través de la empatía e incluso a comprender nuestras propias emociones, eso mientras nos abren las puertas de la imaginación y nos entretienen en momentos de aislamiento, como el que la pandemia nos ha hecho vivir. Sin duda, acercar a los alumnos de todas las edades a la literatura es una de las mejores armas para su educación, tanto académica comos socioemocional.
Para crear el hábito de la lectura no hay como llegar por el interés y la curiosidad de los alumnos, aquí hay algunos tips para que logres despertar en ellos este pasatiempo y para que les ayudes a conocerse mejor.
Si queremos elegir títulos que realmente llamen la atención de nuestros alumnos, lo mejor es conocer cuáles son realmente los intereses que tienen, cuáles son ya sus pasatiempos favoritos, en qué se divierten y cuáles son sus preocupaciones. Dale tiempo a tu clase para que tus alumnos hablen de sí mismos, para que expongan sus intereses, sus objetos e historias con las que se han ligado emocionalmente, esto puede ayudarte a comprender mejor cuáles son los títulos que abrirán su imaginación y con los que se ligarán mejor.
Si ya conoces a tus alumnos, es momento de buscar entre los títulos más populares. Aunque no sea el pasatiempo más popular entre los jóvenes, existen muchos libros que se ponen de moda en algún momento o que destacan en las listas de populardiad, esto es un buen indicio para elegir títulos cuando hablamos de litertautra juvenil, pues implica que se han ligado a la generación más joven a través de sus temas o sus vocabularios. Aunque no necesariamente tienes que llamarlos por los títulos más populares, puedes ocupar este punto de partida para el futuro. Conoce tú también esta literatura.
Algo interesante de los títulos juveniles es que suelen abordar los temas más comunes de las preocupaciones de los jóvenes, desde problemas de identidad normales de la infancia y la adolescencia hasta situaciones más complejas, como la relación con la familia, los amigos, las drogas, el amor, las relaciones, todo visto desde la fantasía y la ficción, construyendo personajes con los que podrán identificarse sin ponerse en riesgo de sentirse expuestos, con los que podrán vivir aventuras nuevas. A veces los dragones, la magia, los vampiros, los fantasmas o los aliens son la cortina que cubren esos temas espinosos o complicados. Claro que son solo estrategias para acercarlos a la literatura y hacerles ver porque leer es tan interesante y útil.
A veces podemos creer que existe literatura más importante que otra, que los alumnos estén leyendo fantasía o ciencia ficción a veces es visto como si se acercaran a géneros menores, pero esto es una percepción un poco sesgada por lo que entendemos como cultura o calidad de un libro, por el contrario, sin importar el título al que se acerquen los alumnos, pueden ser grandes joyas ocultas. Evitemos aumentar esos prejuicios, especialmente con los padres y celebremos cualquier interés que tengan los alumnos, a veces en esos nichos de información que les llaman la atención está la fuente de motivación para ellos.
Leer es por sí mismo un gran ejercicio, pero podemos aumentar el poder de esta actividad si para cada lectura le damos un ejercicio de reflexión. No una evaluación como la conocemos, sino actividades que les sirvan a los alumnos a pensar nuevamente qué les regaló el libro, qué aportaron los personajes, cómo se construyó la historia, cómo se sintieron ante el desarrollo de la trama. Haz con ellos un club de lectura, más que una sala de examinación, en donde se emocionen por la historia, por los conflictos del personaje y por las otras voces que los rodean. Para ello también puede escribir, pues sin duda es la mejor transformación para el trabajo de la lectura.
¿Tus alumnos son lectores o prefieren el lenguaje visual? ¿Los has atraído a la lectura de alguna persona?