Con la tecnología actual, pareciera que ciertas metodologías han perdido vigencia, como las tareas de investigación: basta con tener una conexión a internet para encontrar la respuesta al instante.
Sin embargo, justo también por la cantidad de información que existe alrededor de un tema es que los alumnos requieren métodos para filtrar y verificar el conocimiento que adquieren por medio de las redes. Aquí te brindamos algunas sugerencias.
La gran mayoría de las personas creen que entre Wikipedia y Google pueden responder cualquier pregunta, lo cual es una verdad a medias. Mucha de la información en estos sitios tampoco está verificada, por lo que lo más prudente sería considerarlos únicamente puntos de partida para una investigación.
Parece obvio, pero siempre es buena idea consultar con los sitios de los expertos en la materia. ¿Una tarea sobre anatomía? Busca en alguna Facultad de Medicina. ¿Cifras sobre los gastos del país? Revisa en la Secretaría de Economía. Da preferencia a sitos con las terminaciones “.edu”, “.org” o “.gob”.
Aún cuando creas que has encontrado las respuestas que buscabas, trata de confrontar tus hallazgos entre varios sitios, y por supuesto, tomando en cuenta el punto anterior. ¿Confiarías en lo que dice un post de Facebook contra lo que dicen 3 agencias de investigación o 2 periódicos?
Actualmente, la información se actualiza constantemente, por lo que no está demás contrastar las fechas de las fuentes. Conforme la tecnología mejora y las investigaciones avanzan, muchas teorías se comprueban y ganan fuerza, mientras que otras terminan por ser desechadas.
Antes de que algo sea publicado en un medio impreso, pasa por muchísimos filtros, lo que les otorga una mayor fiabilidad. Por lo mismo, siempre es buena idea mandar a tus alumnos a revisar en libros, revistas y demás publicaciones.
¿De qué otras maneras verificas tus fuentes? ¿Crees que los estudiantes necesitan aprender a filtrar su información?