Aunque gran parte de cualquier sistema educativo nos obliga a concentrarnos en las calificaciones y los resultados de las evaluaciones, como profes sabemos que un desarrollo exitoso en nuestros alumnos no solamente consta en los exámenes, ni los números de la boleta de nuestros estudiantes reflejan el empeño y el crecimiento que han tenido.
Y aunque nosotros lo sabemos, los alumnos no siempre llegan a sentir que han hecho algo bueno o que han crecido a lo largo del ciclo escolar, por ello es importante que en el salón de clases los reconozcamos y nos demos el tiempo celebrar los éxitos de todos los estudiantes, no solamente los que vemos en la boleta.
Todos los alumnos enfrentan retos diarios en la escuela, tanto académica como emocionalmente. Celebrar sus éxitos les ayudará a construir una autoestima más sólida, además les hará ver de forma clara que su esfuerzo es reconocido, por lo que se sentirán más seguros y motivados para continuar con el trabajo duro. El cual es una parte importante para alcanzar nuestras metas. Además sentará las bases de un ambiente en el que todos se sentirán reconocidos, escuchados y tomados en cuenta.
Celebrar los éxitos no se refiere solamente a los éxitos “más grandes” y más obvios, como una buena calificación, pues a diario ocurren momentos en los que los alumnos se superan a si mismos.
Para hacer más clara, tanto para los estudiantes como para nosotros, la posibilidad de celebrar pequeños o grandes éxitos en nuestro salón de clases también es necesario establecer algunas metas sencillas, esto hará más clara la visión de cuáles son los objetivos de nuestros estudiantes y a nosotros como docentes nos hará más fácil el trabajo de reconocerlos. Estas metas pueden ser tan grandes o pequeñas como nosotros queramos, pero es importante que estén acompañadas de una ruta a seguir, así como por puntos de control, momentos en los que sepamos que vamos por buen camino y que serán justamente esos triunfos a celebrar.
Al tener claras esas metas, las cuales pueden ser tanto individuales como grupales, será mucho más claro cada vez que un alumno se acerque a ellas, por ello estos objetivos deben estar bien definidos, ser concretos y sobretodo posibles.
A diario, el esfuerzo de nuestros alumnos hará visibles pequeños éxitos. Para reconocerlos no es necesario hacer grandes fiestas, pero siempre es importante darles importancia. Hablar con nuestro alumno directamente y felicitarlo por lo que acaba de conseguir es un buen comienzo, acompáñalo además de alguna palabra que sirva para alentarlo a continuar por ese mismo camino.
En el caso de una meta conseguida o algún logro especial puedes usar el mismo formato, aunque también puedes acompañarlo de pequeños “regalos”, como enviar a los propios padres una nota donde felicites a tu alumno o incluso crear para tu salón de clases un sistema de recompensas. Esto depende un poco del enfoque que quieras darle a su proceso.
Es importante que para felicitar a tus alumnos y reconocer sus pequeños éxitos recuerdes no solo enfocarte en los resultados, sino en el empeño que ha puesto cada estudiante para alcanzarlos, así evitarás que los estudiantes crean que el éxito escolar se trata de habilidades con las que se nace o la suerte, sino con la disciplina y el aprendizaje. Por lo tanto, celebrar el éxito de los alumnos no se trata solamente de los éxitos, sino de los errores, del aprendizaje y del proceso para lograr una meta.
Motiva a tus alumnos constantemente, para que se sientan capaces y seguros. No dejes atrás a nadie, recuerda que cada uno trabaja a su propio ritmo. Y tiene sus propios objetivos.
¿Cómo celebras los pequeños éxitos de tus alumnos en el salón de clases?