Construir una comunidad comprometida y de lazos fuertes es una de las maneras más efectivas de prevenir situaciones de acoso escolar y de reforzar aprendizajes, pues en un ambiente amigable y cómodo los alumnos estarán más dispuestos y serán más colaborativos. Sin embargo, lograr ese sentimiento en un grupo puede ser muy complicado, especialmente cuando existen contextos difíciles.
Viernes de amigos
Una forma de lograr ese sentimiento es aprovechar las últimas horas o minutos de la clase del viernes, un momento en el que los alumnos están más listos para el fin de semana que para aprender algún tema nuevo y que, por lo tanto, puede ser útil para otras actividades. En esos momentos, una actividad creativa y que sirva para reforzar la autoestima o impulsar los lazos entre los compañeros es una gran opción.
Tu amigo, ... :
Pon el nombre de todos tus alumnos en un palito de madera o en un papelito y asigna un “amigo secreto” a cada alumno. La idea es que cada quien lleve a cabo una tarjeta para esa persona en la que diga algo positivo de la persona que le tocó en el papelito, para que, al final de la clase la entreguen a su compañero. Puedes revisarlas antes de entregarlas y hacer una pequeña ceremonia. No necesitan muchos materiales, pero pueden añadir algunos detalles coloridos conforme crezca esa actividad.
Colaboren juntos
Ese tipo de actividad no es la única que puedes hacer en un viernes por la tarde. También puedes crear parejas de alumnos que normalmente no trabajarían juntos y darles una tarea sencilla. Por ejemplo, dibujar sus siluetas en papel, o la silueta de sus manos y brazos. Para esa actividad, dales la tarea de escribir oraciones positivas, como formas de ayudar a las personas o técnicas de estudio. Si necesitas hacer algún repaso, puedes añadir un toque eductivo y pedirles que pongon oraciones que tengan que ver con ese tema.
¡Bien por mi!
Conocernos a nosotros mismos y cuidar la forma en que nos hablamos es importante para desarrollar confianza e incluso hacernos conscientes de nuestros retos, por eso, una actividad que le permita a tus alumnos reflexionar sobre las importancia de hablarnos de forma positiva a nosotros mismos será de gran utilidad para ellos y para ti mismo. Enséñales cómo pueden transformar pequeñas oraciones en una forma de ser amables consigo mismos, por ejemplo, transformen cosas como “soy muy malo para las matemáticas” en “si practico más, podré ser muy bueno en matemáticas”.
Platiquemos de…
Una actividad que no requiere mucho material y podría generar mucho interés entre tus alumnos es organizar charlas vespertinas en las que plantees situaciones imaginarias que reflejen algunas de las dificultades diarias de tus alumnos, en ellas crea un personaje que ataviese alguna situación y pídele a tus alumnos que le den consejos a ese personaje, por ejemplo: Pedro se ha esforzado para su examen de matemáticas, pero al momento de ver el examen se olvida de lo que estudió. ¿Qué sentirías en su lugar? ¿Qué crees que pueda hacer para superar esto?
Puedes crear situaciones que se ajusten a las necesidades de tu salón, pon ejemplos sencillos, pero con los que tus alumnos se puedan identificar, esto ayudará a que los niños o jóvenes expresen sus emociones, analicen las situaciones, escuchen consejos y reflexionen sobre cómo actuar.
Estas y otras dinámicas se pueden ajustar según la edad y las necesidades de cada grupo. El objetivo es construir una comunidad sólida y empática que te ayude a prevenir problemas serios.