¿Tus estudiantes hacen trampa? Seguramente sí, en más de una ocasión habrás cachado a un alumno con los ojos pegados en el examen de junto o una tarea sospechosamente similar a la del compañero. Algunos niños hacen de esta práctica toda una maestría, con intrincadas estrategias, historias complicadas y respuestas bien disfrazadas. La verdad es que en todos los niveles, sin importar su ubicación geográfica, se presenta este fenómeno. ¿Por qué? Bueno, las razones son muy variadas, tanto como las posibles soluciones. Lo que sí sabemos es que, aunque saben que copiar o hacer trampa está mal, ellos se ven a sí mismos como una excepción a la regla, pues creen que su acción está justificada.
1) La tarea es aburrida o hay demasiadas pruebas
Si tus alumnos sienten que la tarea que les dejas es muy tediosa, aburrida o no profundiza en el tema que aprenden, e incluso si es demasiado compleja, sentirán que no vale la pena hacerla. Si el examen es uno más de los muchos que presentan, sentirán que no es relevante. Por lo tanto, es muy importante que la tarea tenga relevancia, las actividades sean interesantes y los exámenes sean periódicos.
2) Alcanzar las expectativas
A veces esos alumnos que muchos profesores califican de inteligentes y buenos alumnos, acaban por hacer trampa en algún momento, pues temen que al equivocarse decepcionarán a sus profesores o a sus padres, mucha presión para un estudiante, especialmente porque al aprender es normal equivocarse. Por eso es importante cambiar el lenguaje, enseñarle a los alumnos que no está mal cometer errores y que lo más valioso es su esfuerzo, porque así alcanzarán sus metas poco a poco.
3) Hacer trampa es contagioso
Se ha comprobado que si el alumno descubre que es socialmente bien visto hacer trampa, entonces tenderá a hacerlo con más naturalidad. Esto implica presión social y una idea cambiante de lo que está bien y lo que no. Para trabajar esto es bueno integrarlos e impulsarlos al momento de crear las reglas, pues así estarán más conscientes de las normas, sus razones y será más factible que las cumplan. Organiza un reglamento para tu salón en el que ellos participen, discutan cada norma, deja que descubran por qué cumplir esas reglas es importante. También puedes hacerles saber por qué una tarea o un examen es necesario, que hacer la tarea no se trata de cumplir un requisito, sino de repasar y practicar el tema, si ellos tienen esto en mente tenderán más a valorar sus actividades.
4) Competitividad
A veces, los adultos tendemos a comparar alumnos, unos son mejores que otros y esto motiva y desmotiva a amabas partes por igual, a algunos les cae demasiada presión mientras otros sienten que nunca llegarán a la meta. Para ambos la solución es la misma: hacer trampa, porque no vale el esfuerzo o implica demasiado. Dales oportunidad a todos tus alumnos de alcanzar tus expectativas.
5) Tecnología
La realidad es que la forma en que se mueve internet ha modificado la visión del mundo, especialmente de las nuevas generaciones, acostumbrados a compartir memes, artículos y toda clase de contenido sin pensar siquiera en quién hizo ese texto o esa imagen, eso ha relajado nuestra idea de “originalidad” y “propiedad intelectual”, por eso, muchas veces, para los alumnos no es tan grave copiar una tarea o un trabajo. Para contrarrestar esto habla con ellos sobre la importancia de respetar las ideas y el trabajo de otros, así como a valorar sus propias creaciones.
¿Tú cómo has tratado estos problemas con tus alumnos? ¿Qué te ha funcionado? ¡Cuéntanos qué estrategias planteas y cómo la llevas a cabo!