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La profesión docente es una de las que resulta más desgastante, tanto física como emocionalmente, pues estamos expuestos al trato diario con muchas personas constantemente y la exigencia emocional de esto puede resultar agotadora. Por ello los docentes suelen estar expuestos a problemas como el Síndrome del Quemado o Burn Out, que se refiere a un agotamiento total después de una temporada de trabajo.
Sumado a esta exigencia diaria, una situación extraordinaria como la que se vive actualmente sin duda hará que el riesgo de sufrir este tipo de consecuencias sea más alto. Lo cual debe ser evitado a toda costa, si buscamos estudiantes resilientes y que realmente puedan continuar su proceso educativo a pesar de la situación, la prioridad debe ser tener docentes preparados, con los recursos necesarios y prevenir problemas como el burn out.
Entonces, en este conjunto de extraños elementos, ¿cómo evitar que el burn out sea una realidad en este ciclo escolar? Aquí hay algunos tips.
No hay mejor camino que formar lazos y fortalecer relaciones entre docentes para encontrar nuevas rutas en la educación. Pero en el plano personal no hay nada mejor que encontrar un compañero con el que formar un equipo. Lo ideal es lograr un grupo de docentes que se acompañen y con el que se pueda conversar sobre los retos de la profesión, así como compartir estrategias, herramientas y consejos que sean útiles para el día a día en el salón de clases (o en las clases a distancia en este caso).
En este momento puede ser muy complejo ponernos un límite, pues la situación exige mucha innovación y con tal de alcanzar a los alumnos en sus casas podríamos trabajar de más, más aún de lo que hacemos en situaciones normales. Por ello es importante que dibujemos límites claros sobre lo que podemos o no podemos hacer. Sí, esfuérzate todo lo que puedas para llegar a tus alumnos, pero no olvides que para dar lo mejor de ti necesitas estar saludable, establece horarios, días específicos para ciertas actividades.
Precisamente porque es muy fácil abandonar nuestra vida personal por el trabajo es que debemos establecer un momento y un lugar que sea exclusivamente para nosotros, esto no incluye el cuidado de la casa o de la familia, debe ser un momento en el que la única actividad que hagas sea cuidar de ti mismo. No tiene que ser un gran espacio, pero si uno en el que disfrutes y en el que puedas reflexionar sobre tu estado de ánimo, tu salud física y tus deseos.
Es fácil perdernos en la inmensidad del trabajo, el cual poco a poco se come nuestro tiempo y nuestra energía, por lo que actividades de entretenimiento o sociales se vuelven prácticamente innecesarias a nuestro parecer, esto en poco tiempo nos aisla, nos aleja de la familia, de los amigos, de los compañeros y de las cosas que disfrutamos más allá del trabajo. Por eso es importante mantenernos atentos y evitar que esto nos ocurra. Si el trabajo comienza a ser tan intenso que nos alejamos por completo de otras actividades es momento de tomar una pausa, sal a tomar aire fresco y acércate a las personas que amas, a tus compañeros de trabajo e incluso a tus alumnos, escuchar otras voces te dará perspectiva. Quizá ahora mismo no es posible reunirnos con nuestros amigos, pero una llamada puede cambiarlo todo.
Quizá la parte más importante está en que nosotros conozcamos los signos que pueden hacernos intuir un problema antes de que lo tengamos en nuestras manos. De vez en cuando haz una pausa y procura evaluar cómo te has sentido últimamente, observa tus hábitos desde una perspectiva crítica. ¿Últimamente estás enojado todo el tiempo? ¿Cuándo hablas con alguien acabas molesto o solo le expresas lo mal que está todo? ¿Ya no participas en actividades colectivas? ¿Por qué? Esto nos ayudará a entender cuándo necesitamos tomar un respiro para recobrar fuerzas.
Con estas ideas podrías evitar que este ciclo escolar esté marcado por el agotamiento. ¿Alguna vez lo has experimentado? ¿Cómo lo has enfrentado? ¡Comparte con nosotros!