Después de varios años de preparación, algunas prácticas y muchas horas de esfuerzo, este año (o hace poco tiempo) te convertiste en maestro frente a grupo, entre emoción, miedo y alegría, llegaste a darle clases a tu grupo de alumnos que te dejó sorprendido y agotado. En el poco tiempo que llevas dando clases has descubierto que nada es como lo imaginabas.
Todos los trabajos son estresantes y quienes ingresan a un trabajo nuevo suelen experimentar esta clase de sentimientos: insatisfacción, culpa, muchas dudas y estrés, pero si eres maestro, esto puede ser particularmente difícil, pues te expones a diario a tus alumnos y seguramente te sientes responsable, pero no te preocupes, no todo es un desastre. Si tu primer año o primeros años han sido más complicados de lo que imaginabas aquí hay algo que podría ser útil.
No eres el único
No es poco frecuente, hay muchos maestros que, a pesar de la preparación y el conocimiento, cuando llegan a dar clases se dan cuenta que nada es lo que parecía en principio. Esto no significa que ser docente sea algo malo, pero hay muchas cosas que la teoría no considera y las prácticas no muestran, por eso llega a ser mucho más estresante que agradable e incluso llega a robar el ánimo de los jóvenes que comienzan su labor como maestros.
No te sientas culpable
Lo primero es aceptar lo que ocurre, pero lejos de la culpa o el remordimiento, simplemente déjate saber que hay algo que no va bien, es importante que te permitas expresar tus emociones sin calificarlas como buenas o malas, se trata de lo que experimentas. No trates de ignorarlo, es algo relativamente común y puede ser muy estresante, pues además del trabajo, enfrentas sentimientos complejos que no siempre sabrás cómo resolver.
No busques la perfección
Para enfrentar la demanda de los primeros años es importante que no seas tan exigente contigo mismo, concéntrate en pequeños objetivos que debas lograr para que tu clase sea satisfactoria, poco a poco tendrás experiencia y la capacidad de lidiar con más elementos a la vez, pero al principio es importante que seas flexible contigo mismo y te concentres en objetivos muy claros y sencillos, no significa que tus clases deban ser demasiado superficiales, se trata de que, tanto tú como tus alumnos, alcancen poco a poco un ritmo al que apegarse, tú sabrás qué esperar de cada día y medirás mejor tu satisfacción.
Cuida de ti
Para poder darle a los demás lo mejor de ti es muy importante que primero te encuentres bien. Cuida tu salud, vigila tu alimentación y privilegia tus horas de sueño por encima del papeleo, sin un adecuado descanso te será imposible sortear las dificultades del día a día y poco a poco te ganará el estrés. Si lo necesitas, acércate a alguien que te escuche y déjate expresar tus dudas o dificultades. Mantén a raya la ansiedad al cuidar bien de ti, de lo contrario podrías agotar todas tus reservas.
Busca un mentor
Puede ser alguno de tus compañeros de la escuela o incluso algún maestro que hayas tenido, pero busca a alguien que te comparta un poco de sus experiencias y te guíe un poco en los días más difíciles, es importante que confíes en él, así podrás compartirle tus dudas y él o ella podrá ayudarte a encontrar soluciones. Esto no significa que debas seguir sus ideas al pie de la letra, pero escucha sus consejos y apóyate un poco.
Júntante con otros maestros
Busca una comunidad de maestros que te apoye, al conocer a otros maestros podrás ver si alguien más ha pasado por una situación como la tuya y cómo la superó, además recibirás buenas ideas para esos obstáculos que no sabes cómo enfrentar y hasta podrías dar sugerencias tú mismo. Si en tu escuela no son muy unidos, busca en línea, hay muchos grupos, foros y páginas de apoyo para docentes que te servirán para aprender mucho y convivir con otros profes.
Piensa bien las cosas
Finalmente, si esto ha sido todo menos lo que esperabas, date la oportunidad de evaluar tus opciones. Recuerda que existen muchas oportunidades allá afuera, lo que importa es que tú te encuentres bien y satisfecho con tu profesión y tus decisiones.
¿Estás en tus primero años como docente? ¿Recuerdas los primeros años de trabajo? ¡Cuéntanos cómo fue o cómo ha sido!