Como maestros hemos visto todas las modas en el salón de clase, desde los primeros videojuegos, hasta los sofisticados juegos que hoy en día usan nuestros alumnos. Esto desata muchas veces la preocupación de padres y maestros, que ven una generación con ocupaciones muy distintas a las que otras generaciones llevaban a cabo, además de intereses que calificamos de obsesivos o peligrosos.
Pero que nuestros jóvenes o niños estén pegados a las computadoras, consolas, celulares o tabletas ¿es realmente algo malo?
Los más jóvenes
Recientemente, han salido diversos artículos que evidencian a los padres de Silicon Valley, desarrolladores tecnológicos que evitan, a toda costa, que sus niños conozcan las pantallas. Como ellos, muchos hablan de los malos efectos de la tecnología en los más pequeños. Esto tiene una razón: entre más pequeños, los niños adquieren, poco a poco, habilidades que tienen que ver con el mundo real, su sentido vestibular (el equilibrio), habilidades motoras finas, desarrollo de la atención y otras habilidades primarias vienen del contacto con un mundo en 3D, mientras que las pantallas requieren otras habilidades.
Se dedica a jugar
En el caso de niños más grandes y jóvenes, es común escuchar esa queja de padres y maestros, especialmente en jóvenes que llegan a la adolescencia y que limitan mucho sus actividades sociales o físicas, para pasarse varias horas en juegos de video.
Algo que debemos entender, como adultos, es que el desarrollo que tuvimos es muy diferente al que las nueva generaciones tienen actualmente, ellos nacieron en un contexto lleno de tecnología e hiperconectividad, por lo que para ellos es perfectamente normal vivir pegados a la consola o la computadora.
¿Es malo? No necesariamente. En los videojuegos desarrollan habilidades que también se desarrollan en otras actividades, como la planeación estratégica, el trabajo en equipo, la coordinación ojo-mano e incluso empatía, ética, razonamiento lógico, estructuras narrativas, etc.
Pero solo eso le interesa
Cuándo y cuánto juegan nuestros jóvenes depende mucho de los padres, si bien el uso de juegos de video no representa ningún mal, si es importante que también varíen sus actividades, por lo que dejarlos jugar, pero acercarlos a otras actividades es de gran ayuda para su desarrollo personal. Mantener bajo control sus horas de juego, así como su habilidad para desconectarse es importante, pero tampoco debemos asustarnos si este es su interés primario. ¿Es el únic? ¡Aprovecha ese gusto para relacionarlo con otras cosas!
La violencia en los juegos
Otro aspecto que preocupa en gran medida a los adultos, es el uso de videojuegos que contienen violencia gráfica y cuyo objetivo es “golpear” o “matar”, pues creen que podría desencadenar conductas violentas o normalizar este tipo de actos. Esta es una preocupación general y debido a eso, existen muchos estudios que han tratado de observar si realmente existe algún efecto, los cuales han probado ser negativos. La violencia de los juegos de video no ha creado problemas de violencia en niños y jóvenes, pues las tasas de delito en varios países han disminuido desde la aparición de estos juegos.
Por el contrario, algunos docentes, han atrapado la atención de sus alumnos a través de estos juegos para enseñar y ejemplificar materias de filosofía, ética, historia, literatura, lengua, entre otros, y han demostrado que los videojuegos y el interés obsesivo de los alumnos por esos elementos puede ser de gran utilidad, incluso para la escuela.
¿Cómo aprovecharlo?
Como maestros, es normal que la reacción hacia los videojuegos sea negativa, pues distraen a los alumnos o notamos el cambio en su desarrollo respecto a otras generaciones, pero si decidimos tomar ese interés y usarlo para su propio beneficio podríamos descubrir un medio infalible que enganchará hasta a los alumnos más reacios.
Investiga sobre sus juegos favoritos, descubre de qué tratan e identifica cuáles son los personajes favoritos, los retos más interesantes y por qué a tus alumnos les gusta tanto. La estructura de estos juegos podría servirte para ejemplificar los aprendizajes de lengua y literatura, así como de historia (si pensamos en juegos que se vinculan a otras épocas), también el interés por la música, el dibujo, las secuencias lógicas e incluso la filosofía podrían despertar a través de los videojuegos.
¿Alguna vez un videojuego te ha servido para aplicarlo en la clase? ¡Comparte con nosotros esas experiencias!