Las matemáticas son de las materias que más tensión genera en los alumnos y que constantemente nos lleva a declarar que “no somos buenos para los números” o que “las matemáticas no son lo mío”. Esta materia es apreciada por su gran valor práctico en la vida cotidiana y por la importancia que tiene en muhas de las carreras que se relacionan con la tecnología, las cuales son actualmente y lo serán aún más de las más anheladas e importantes.
Diversas investigaciones han demostrado que la postura que tenemos hacia las matemáticas está relacionada con la cultura, la aproximación desde el aula e incluso nuestras propias creencias afectan la relación que desarrollamos con los números, lo cual en ocasiones deriva en “ansiedad matemática”.
La ansiedad matemática es un fenómeno que se ha identificado desde los años 70 y que en años recientes ha adquirido importancia. Investigadores como Mark H. Ashcraft, investigador y psicólogo cognitivo de la Universidad de Kansas, han tratado de describir y estudiar esta condición.
Como su nombre lo indica, se trata de temor, nerviosismo, tensión e incomodidad que experimenta una persona al enfrentarse a contextos de ejercicios matemáticos, esto no se limita solo a la escuela, pero en este contexto se asocia a los resultados académicos.
Si un alumno siente demasiada tensión y nerviosismo cuando llega la hora de hacer ejercicios matemáticos podría estar experimentando este tipo de ansiedad, el cual se diferencia de el temor a los exámenes y no necesariamente se asocia a las habilidades que la persona tenga con respecto a la materia.
También es posible sentir esta ansiedad en otros contextos que no se relacionan con la escuela, en ocasiones al hacer cuentas en un restaurante, plantearse situaciones en las que se resuelvan problemas de aritmética, se siente ansiedad.
Algunas investigaciones han girado en torno al desempeño que tienen los alumnos en exámenes y evaluaciones de matemáticas que experimentan ansiedad, pues no ha quedado claro si la ansiedad proviene de un bajo rendimiento o el bajo rendimiento es una consecuencia de sentir ansiedad matemática. Aunque son dos factores que están muy relacionados y que con frecuencia se dan a la par.
La ansiedad puede comenzar cuando nos enfrentamos al temor de tener un mal desempeño, cuando los errores son vistos como fracasos terribles o si tenemos la sensación de que no podremos mejorar sin importar lo que hagamos.
Por ello, para prevenirla y vencerla es necesario que hagamos de las matemáticas una materia común, así como reforzar la mentalidad de crecimiento en nuestros estudiantes, es decir, hacerlos sentir que pueden mejorar si se esfuerzan, que las habilidades matemáticas (como cualquier otra habilidad) se puede entrenar y mejorar con un poco de esfuerzo y que equivocarse no es más que un paso para el éxito.
Además, hacer los ejercicios matemáticos una parte más de la rutina común puede ayudar mucho a los estudiantes que la experimentan.
La ansiedad matemática debe diferenciarse de problemas como la discalculia, en la que existe una dificultad cognitiva para enfrentar los ejercicios. Para lo cual podemos medir su desempeño en ejercicios y contextos tranquilos, sin presiones, poco expuestos e ir aumentando su dificultad.
¿Tú o tus alumnos han experimentado ansiedad matemática?