El trabajo docente implica mucho desgaste físico, que poco a poco puede mermar la salud del maestro, por ello es importante estar atentos a nuestra salud y tomar precauciones cuanto antes para garantizar nuestro bienestar.
Recuerda que es muy importante que vayas al médico por lo menos una vez al año y hacer los estudios necesarios. Te recomendamos que cuides tu alimentación, que te hidrates adecuadamente y que procures dormir al menos 7 horas diarias. Pero también que tomes en cuenta estas enfermedades comunes en los profes, para que vigiles tu salud.
(1 de cada 5 docentes la ha sufrido)
Es la inflamación de la laringe y de las cuerdas vocales, esto puede llegar a durar hasta un mes o más, en la mayoría de los casos se debe a que no sabemos utilizar nuestra voz, la forzamos mucho.
El síntoma clásico de este malestar es la ronquera o disfonía, cuando la voz se hace más grave, algo que, con el tiempo, puede convertirse en un problema preocupante.
Para prevenirla es importante mantenerse hidratado, por lo que te recomendamos tener agua a la mano. Si trabajas en un ambiente especialmente seco, puedes poner recipientes con agua en diferentes rincones del salón y agregar algunas plantas en tu aula, esto cambiará por completo el ambiente, incluso cambiará el humor de tus alumnos. No olvides abrir ventanas y puertas para mantener ventilado el lugar.
Si has tenido problemas con la voz te recomendamos acudir al médico, pero también practicar algunos ejercicios de respiración y calentar la voz antes de entrar a clases, fortalece tu diafragma y vocaliza un poco. Esto te ayudará.
El trabajo del maestro requiere de estar mucho tiempo sentado o parado, esto provoca que con el tiempo se detecten várices en las piernas. De acuerdo a los especialistas, la insuficiencia venosa de los miembros inferiores es más frecuente en mujeres, pero también tiene que ver mucho con los antecedentes familiares.
¿Qué es este padecimiento?
Es el deterioro de las válvulas venosas de las piernas, provocado por la presión que la sangre ejerce en los capilares y que se conoce como presión arterial, esto hace que se dilaten las venas y se les conoce como várices.
La fuerza de la presión hidrostática significa que la sangre se mueve a lo largo del capilar, el fluido se mueve a través de sus poros, hacia el espacio intersticial.
Entre los principales factores de riesgo destacan la herencia, la obesidad, el sedentarismo y permanecer mucho tiempo de pie o sentado. Los primeros signos son la sensación de cansancio en las piernas, después “pesadez”, calambres y luego hinchazón o edema de las piernas, en esta etapa ya se hacen visibles las dilataciones de las venas.
Para prevenir esto, que es tan común, es muy importante cuidar nuestro peso, hacer ejercicio constantemente y evitar permanecer de pie o sentado más de 20 ó 30 minutos. Durante tu clase procura caminar y hacer ejercicios de flexión de ambos pies, esto último lo puedes practicar con tus alumnos y podría ser una actividad importante para que los alumnos también ejerciten.
Síndrome de Burnout en el docente (Síndrome del quemado)
Este padecimiento fue detectado y descrito hace escasos 39 años por Herbert Freudenberger, aunque no es realmente nuevo. Se relaciona con los niveles de presión y estrés al que se somete una persona en el ambiente laboral y en el ambiente docente este es un riesgo especialmente importante, pues el trabajo provoca mucho desgaste físico y emocional. .
De acuerdo a los expertos, es un sentimiento de cansancio emocional que lleva a la pérdida de motivación y de fracaso. Asimismo, aseguran que dentro de la comunidad docente en México y latinoamérica la prevalencia de este padecimiento es de casi 50%.
Para evitarlo hay mucho que podemos hacer, desde contribuir a un ambiente en la escuela que favorezca la comunicación y un sentimiento de comunidad. Es importante que las autoridades hagan sentir a los docentes apoyados y respaldados y que los maestros aprendan a tomar distancia emocional con sus alumnos, sin que eso implique indiferencia, pero que también aprenden a conocerse mejor, regular sus propias emociones, escucharse constantemente e identificar cuando tienen un problema.
Hacer ejercicio regularmente, apoyarse de otros profesores y amigos, promover el trabajo en equipo y evitar sobrecargarse de responsabilidades.