No es fácil. Ser mamá y ser docente es un gran desafío que sabemos tú vences día a día, sin embargo hay algunas situaciones que no podemos evitar y que te delatan como mamá dedicada a la docencia. ¿Te ha pasado algo de la lista? ¡Comparte con nosotros si agregarías algo!
Ese extraño momento en el que le dices a tus alumnos que los vas a dejar sin postre o a tus hijos que habrá examen sorpresa si no se acaban la sopa. ¿Te ha pasado? Confundir el momento y utilizar esas estrategias de maestro en la comida familiar o la mirada de madre enojada con tus alumnos. A veces funcionan, aunque sean confusas.
Tener hijos requiere de aprender constantemente y de improvisar en algunas situaciones, pero si eres docente ya tienes algunas experiencias guardadas en el cajón para cuando tus pequeños lleguen a la edad que tienen tus alumnos, tus alumnos son tu respaldo a la hora de criar a tus hijos y tus hijos también son buenos asesores para ciertos momentos en el salón de clases, pues los juguetes o las canciones de moda, las bromas y algunas historias que se cuentan entre los alumnos las podrás ver desde casa. Así que nadie te agarrará con la guardia baja.
Es muy difícil de evitar la culpa cuando se es docente y mamá al mismo tiempo, y es que no importa cuánto te esfuerces, alguna vez sentirás que no es suficiente, ya sea porque el tiempo no te alcanza para atender a los padres de familia en la escuela e ir a la escuela de tus hijos a las juntas con los profes, o porque al ser docente, sabes cuando tus estudiantes tienen un momento difícil, mientras tú juegas con tus pequeños en casa.
Como todos los padres, has tenido juntas con los docentes de tus pequeños, quienes se sientan paciencia frente a ti y te cuentan cómo les ha ido a tus hijos en el salón de clases. El pequeño problema es que tú ya sabes esa historia, conoces de antemano los eufemismos que utilizas para decirle a un papá que se pequeño es una ráfaga en el salón de clases o que molesta a sus compañeros. Cuando ves las tareas de tus hijos muchas veces vas más allá y acabas por analizar al maestro más que la tarea y si hay alguna actividad extra la ves con sospecha: ¿será un proyecto bien planeado o será solo para ganar tiempo?
Salir de casa muy temprano para dejar a los niños en la guardería o en la escuela, con su mochila o la pañalera, la maqueta de tarea, los tuppers y una chamarra por si llueve más tarde, y llevar tus materiales de clase, los exámenes que calificaste, los ejercicios para la clase, la grabadora o incluso la computadora, no es para personas con dos brazos, tú necesitas, por lo menos, la bolsa de Mary Poppins y quizá un poco más de espacio te haría bien.
¿Te has dado cuenta que mientras tu organizas un festival tus hijos se preparan para el suyo? Es cuestión de matemáticas, si estás con tus alumnos durante el horario típico de festivales entonces ¿quién está con tus hijos? Es difícil partirse en dos, por lo que muchas veces, más de las que quisieras, tendrás que perderte el festival de tus pequeños, porque el de tus alumnos es a la misma hora. Ni hablar, querías ser docente.
¡Uf! Ser docente en casa y mamá en la escuela es trabajo de tiempo completo, pero sabemos que tú puedes con eso y más. Por eso un poco de humor nunca está de más. ¿Qué agregarías tú a la lista?