La felicidad es muy sencilla, generalmente, con pocos elementos podemos convertirnos en maestros felices. Aunque a veces los alumnos, los padres, las autoridades se empeñan en hacernos ver la suerte, la verdadera dicha viene en cosas sencillas.
¿Qué cosas hacen feliz a un maestro?
Cartitas de los alumnos
A veces los alumnos, sobretodo los más pequeños, dedican algunos minutos a hacer cartitas para sus maestros, les dicen lo bien que les caen, cuánto los quieren y lo mucho que aprecian su trabajo, esto acompañado de dibujitos, sellitos y una impresionante redacción. ¡Tan tiernos!
Padres dispuestos
Hay padres maravillosos que se acercan a ti para escucharte y preguntarte cómo pueden apoyar a sus hijos, que toman en cuenta todo lo que les dices y aportan con sugerencias e ideas realmente útiles. ¡Son tan pocos!
Papelería
Ese fresco aroma a papelería recién desempacada, libretas nuevas, papeles de colores, borradores de colores, marcadores para pizarrón, bolígrafos, plástico cristal, hojas con dibujos, cartón para reciclar, gises… todo tan nuevo (o reciclado, no importa) y listo para el ciclo escolar. ¡Ay, las papelerías!
Alumnos que escuchan a la primera
Ese raro momento en que das instrucciones para la tarea que deberán trabajar tus alumnos y no recibes una avalancha de preguntas cuando ya la iniciaron, solo para que repitas lo que dijiste al inicio. ¿En serio escucharon todo con atención?
Cuando los alumnos quieren ir a la escuela
Ver que tus alumnos llegan con ganas a la escuela y no fingen estar enfermos ni los ves con cara de tristeza al entrar en tu salón de clases, sientes que eres el más exitoso de los profes. ¡Niños emocionados, profes felices!
¡Vacaciones!
Sí, amas ser profe, pero ¿hay algo mejor que las vacaciones? No. Al salir de la escuela el último día de clases das un pequeño suspiro de alivio, por fin podrás ir al baño cuando quieras.
¿Qué otras cosas sencillas hacen feliz a un maestro? ¡Cuéntanos!