Aunque ser profesor es muy emocionante y divertido, también tiene sus retos. Uno de los momentos más difíciles para muchos docentes es el trabajo con los padres de familia, pues esta relación siempre supone algunas dificultades. Y es que, a pesar de que ambos buscan el bien de los más jóvenes, no siempre coinciden en opiniones o prioridades.
A pesar de todo, crear alianzas con los padres es un paso esencial para nuestras clases, ya que de esto depende en muchas ocasiones el éxito de nuestro esfuerzo en el salón de clases.
Cada vez que comiences una charla con un padre de familia procura concentrarte en los puntos positivos antes de mencionar cualquier desacuerdo o dificultad que tengas en el salón de clases. Esto abrirá el canal de comunicación, mostrará tu disposición a colaborar e incluso será más convincente. Claro que esto no significa que debas inventar características ni fingir entusiasmo, pero sí que pongas énfasis en las fortalezas de los alumnos.
Para comunicarte con los padres de familia es importante que pongas énfasis en escucharlos. Como profe que tiene una reunión con un papá seguramente tienes una lista de puntos que te gustaría tocar durante la entrevista, pero no hagas que los mensajes sean solo de ti hacia ellos, abre la comunicación y escucha lo que ellos tienen que decir, tanto de sus hijos como de tus clases. Evita estar a la defensiva, procura mantener la serenidad.
Una reunión con un papá puede fácilmente transformarse en una lista de quejas, tanto de parte de ellos hacia ti, como de tu parte hacia ellos. Evita que esto sea así y por cada punto que aborden busca proponer soluciones y no solamente exponer la situación para esperar respuesta. No es lo mismo decir: “su hijo no se concentra en clase” que decir “¿Qué cree que podemos hacer para mejorar la concentración de su hijo”, aquí incluyes al papá en la búsqueda se soluciones y permites que ellos expongan su visión de las cosas.
Parece extraño, pero a veces vale la pena recordar esto. Lo que pasa en la escuela es para los papás un verdadero misterio, pues aunque les encante controlar todo lo que ocurre, en realidad no es algo que ellos puedan ver. Así mismo, considera que lo que pasa en casa es algo que tú no conoces. No te pongas a la defensiva ni des nada por hecho. También recuerda que muchas veces los papás llegan a nuestra aula solo con una versión de la historia que no siempre es la misma que la nuestra. Toma tu tiempo para escuchar y siempre procura tener registro de lo que comentarás a la mano: las tareas inconclusas, los exámenes o toma nota de las situaciones que han ocurrido en clase con ejemplos concretos.
Este punto es realmente importante, pues para iniciar una buena conversación y abrir la comunicación es muy importante que seas capaz de comprender a los padres. Muchas veces los mismos papás se encuentran bajo presión o muy agobiados, tu trabajo no es ser su terapeuta, pero toma en cuenta sus emociones cuando hablas con ellos. No son solo los padres de tus alumnos, son personas y esa perspectiva es algo que te ayudará a trabajar con ellos. Finalmente todos percibimos cuando hay disposición.
La seguridad física y emocional es muy importante. Si notas que alguna situación se está saliendo de control busca formas de evitar problemas más graves. Si es necesario invita a un colega o tu director a estar presente en la reunión, finaliza la entrevista si sientes que tus emociones ganarán la discusión o busca la forma de respaldar tu trabajo y tus palabras, a través de acuerdos firmados, por ejemplo. Sé amable y cuida de ti.
¿Ya tienes una estrategia para entablar relaciones con los padres de tus alumnos? ¡Comparte con nosotros esos tips! Muchos maestros querrán escucharlos.