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Todos sabemos que la pandemia ha traído una gran cantidad de retos, no hay un solo sector de la población que no haya visto su vida transformarse en los últimos meses, y algunos hemos tenido que enfrentar esto desde varios frentes, por ejemplo, la de cumplir con nuestro trabajo mientras somos padres o incluso estudiantes. Esto sin duda ha afectado cómo nos relacionamos y cómo cumplimos con nuestras obligaciones.
Todos los padres de familia se encontraron con esta situación extraña en la que tuvieron que tomar en sus manos una buena parte de la educación de los más pequeños, algo que no fue fácil y que demostró con mucha fuerza la importancia del papel docente. Sin embargo, muchos de los profes que se tuvieron que adaptar y buscar nuevas formas de enseñar a sus alumnos también tuvieron que adaptarse a la educación a distancia de sus propios hijos. Aunque esto podría parecer una ventaja, por las habilidades que poseemos, la verdad es que tampoco ha sido nada sencillo.
Por ello, saber que el ciclo escolar comenzará a distancia nos trae nuevas expectativas y algunas preocupaciones. ¿Cómo conjuntar nuestro papel docente con nuestra tarea como padres?
Si bien los profes que tenemos hijos tenemos un doble reto, también tenemos algunas ventajas. Con los niños en casa podemos conocer de primera mano cómo funcionan las clases en línea para los alumnos, cuáles son sus retos y sus desventajas ante ciertos procesos, esto nos ayduará a trabajar con nuestros propios alumnos, sumado este conocimiento previo, lo cual nos ayudará a buscar mejores herramientas, tanto para los estudiantes como para nuestros hijos.
Al mismo tiempo, como docentes podemos intuir qué esperan los maestros de nuestros hijos o cuáles son las evidencias más importantes para que ellos continúen su aprendizaje de forma efectiva.
Esta misma intuición puede hacernos complicada la tarea. Dedicarnos con mucho empeño a la escuela inevitablemente nos separará de la familia y por lo tanto corremos el riesgo de que nuestros pequeños sean los que se retrasen en sus propias clases, mientras que enfocarnos en las necesidades de nuestra familia puede hacer muy complicado mantener el ritmo para el trabajo.
Esta nueva normalidad sin duda está llena de retos y para los docentes no será nada sencillo.
En estos momentos la dificultad es mayúscula, pero encontrar el equilibrio es lo más importante y tomar, por lo tanto, lo mejor de ambos mundos. Por un lado, nuestro papel de padres es muy importante, así como continuar con la educación de nuestros hijos, para que puedan aprovechar este tiempo, aunque sea en casa. Pero también sabemos que como docentes nuestra misión es esencial. No dejes que el estrés o el perfeccionamiento de una tarea te lleve a un vórtice de desesperación en las otras. Convive con tu familia, con tus hijos, busca actividades significativas para apoyar su desarrollo intelectual, emocional y académico.
Ya que tienes este reto entre tus manos, aprovecha y usa esa experiencia para llevarla a tu salón de clases, aunque sea virtual, piensa en cómo ayudar a tus alumnos a concentrarse en casa, apoya a sus padres de familia con guías y una comunicación abierta, busca trabajar con actividades significativas para que el aprendizaje no se limite a rellenar hojas de trabajo o entregar algunas tareas, busca que sean los alumnos quienes más aprovechen la experiencia, pero no te olvides del gran reto que viven los padres hoy en día.
Trabajar con empatía es más necesario que nunca y esto debe ser desde todos los puntos de vista, usa la empatía para trabajar con tus alumnos, con sus padres, con tus hijos y contigo mismo. No es algo sencillo, pero tampoco tiene que ser un reto imposible. Date la oportunidad de escuchar a todos y actúa conforme a ello.
¿Cuál ha sido tu mayor reto como padre y docente? ¡Comparte con nosotros tus experiencias!