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Adaptarnos a las situaciones que ha traído la pandemia no es sencillo, hay mucho que debemos hacer, mucho que debemos aprender en poco tiempo y enseñar a nuestros alumnos casi al mismo ritmo, pero considerando que no es lo mismo. Esta experiencia ha traído nuevas situaciones, michas de las cuales solo un maestro las podrá entender. Si has estado dando clases a distancia en esta pandemia, dinos si te identificas con algunas de estas situaciones.
Sí, te encanta ir a la escuela, pero no es tan sencillo estar en el salón de clases con la vejiga entrenada para escaparte al baño una vez cada diez horas. Así que esta pausa le ha ayudado a tu sistema para relajarse e ir al sanitario prácticamente a la hora que quiera.
Otra de las desventajas de ir a la escuela es que tu almuerzo o desayuno debes comerlo a toda velocidad, porque tienes poco tiempo de receso o porque te toca vigilar el patio, calificar algún ejercicio, platicar con algún padre o con otros maestros, regañar algún alumno o simplemente descansar cinco minutos.
Si antes de la cuarentena ya tenías que poner toda tu creatividad en acción para mantener el entusiasmo de tus alumnos e interesarlos en la clase, en este momento has tenido que repensar todo tu temario, tus actividades e ideas.
Sí, bueno, cuando toca ir a la escuela es pesado levantarse temprano y estar todo el día de pie, pero bueno, la realidad es que si extrañas el contacto con tus alumnos, porque nadie puede entender toda la dinámica que ocurre en un salón de clases lleno de niños o jóvenes y su maestro.
Seamos honestos, hasta el día anterior al cierre de escuelas todos éramos expertos en Facebook y Whatsapp, pero en pocas horas nos tuvimos que transformar en expertos para plataformas como Zoom o Classroom.
Y así como nosotros de pronto nos tuvimos que volver expertos en todo, también descubrimos que nuestros pequeños genios tecnológicos, después de todo no lo son tanto, porque incluso ellos y sus padres han sufrido para descubrir de qué van las plataformas nuevas, adjuntar tareas, escanear y hacer videos. Pero poco a poco.
Claro que hay muchas cosas de la escuela que extrañamos, pero ya dijimos que hay muchas otras que no, por ejemplo… ¿Podríamos ampliar los códigos de vestimenta y hacer días en pijama en la escuela? Sería una gran iniciativa.
¿Cuáles han sido tus experiencias en cuanto al cambio de ritmo y de espacios? ¡Comparte con nosotros tus experiencias y dinos si te identificas con estas!