No hay como la creatividad de los alumnos para divertirnos en el salón de clases y algunas de sus excusas son lo único que falta para que, aunque nos hayan hecho enojar, nos maten de la risa y cualquier molestia se nos pase. ¿Qué es lo más divertido que dicen los alumnos? Sin importar su edad, ellos siempre intentan salirse con la suya. ¿Has escuchado alguna de estas excusas en tu aula?
“Es que se murió mi… y ya no hice la tarea”
Cuántos alumnos no han hecho de las suyas y han intentado dejar a algún familiar o una mascota sin oportunidad de defenderse. Esa probablemente es la excusa más antigua y menos creíble de la historia. Especialmente porque puede funcionar la primera vez, pero si un familiar lleva más de una resurrección a lo largo de los años creerle es muy complicado.
“Y un niño voló el coche con su rasho láser…”
Esas historias que se inventan los pequeños, las hay de todo tipo, algunas empiezan bien y hasta tocan el corazón de maestro, pero conforme avanzan a veces se ponen muy raras. ¿Será el programa que ven por la tarde o algún libro de ficción que leyeron? Definitivamente el OVNI fantasma hizo esa historia menos creíble.
¿Alguno de ustedes sabe por qué el cielo es azul?
Preguntarle a los alumnos si saben algo antes de que des la explicación puede tener consecuencias divertidas, algunos de ellos demuestran su increíble imaginación mientras otros hacen gala de su inocencia. Ciencia de niños.
Si lo hice, pero…
Hay algunos que admiten su culpa, si no hicieron la tarea no la hicieron, pero hay otros que tratan de salvarse al decir que en realidad hicieron todo el trabajo, resolvieron las operaciones matemáticas, escribieron un largo ensayo, incluso fueron al museo, pero… ¡Algo pasó! Se les olvidó en casa, salieron tan rápido en la mañana que lo dejaron encima del escritorio, se les cayó al suelo y pasó un coche, el aire se llevó la tarea o nunca faltan los fantasmas que se roban las cosas. ¿Fue un poltergeist o un fantasma regular?
La sinceridad ante todo
Y si algunos estudiantes intentan salirse con la suya (sin mucho éxito), hay otros que no se andan con rodeos y dicen las cosas como son. “A mi mamá se le olvidó hacerla” o “no la hice porque no quería hacerla”. Esas son explicaciones aceptables, pero no los salvarán de todas formas. Gracias por tu honestidad, ahora trabaja.
La culpa es de todos…
Menos suya, esto pasa con frecuencia. Los alumnos saben que algo anda mal, pero nunca es su culpa, siempre hay alguien responsable de sus asuntos. El perro se lo comió, un animal salvaje entró por la venta y lo único que se robó fue la tarea, el señor del camión conducía tan lento que no le dio tiempo de terminarla, mamá o papá tardaron horas en llegar a casa y no pudieron hacerlo, deben cuidar a su hermanito o hacer cualquier otra actividad responsable. Algunas culpas son absurdas, en otras es importante indagar, pero el caso es que el alumno no tiene la culpa.
El último recurso…
Sí, profe, hice mi tarea a tiempo y estaba toda, pero nos quedamos sin papel en toda la casa y tuvimos que utilizarla para algo muy importante. Era la única posibilidad. No profe, llegué tarde a la escuela porque no podía salir de mi casa, era la única persona que sabía cómo cerrar la puerta. No había opciones, era la única manera y por eso mi tarea no llegó, no pude entrar a tiempo, no vine a clases o no pude estudiar. Un clásico.
¿Reconoces alguna de estas fórmulas? ¡Cuéntanos si algún alumno ha intentado algo similar!