En la actualidad, las aulas están llenas de alumnos muy diversos, algunos enfrentan retos particulares, por lo que como docentes, necesitamos prepararnos prácticamente para cualquier escenario, algo que con frecuencia hace más desafiante nuestro trabajo.
En el caso de alumnos con hipoacusia o sordera este reto puede ser muy significativo, pues la primera barrera para llegar a ellos es la del lenguaje, la herramienta que usamos para conectar con nuestros alumnos. En realidad, comunicarnos con un pequeño sordo o hipoacúsico puede ser mucho más fácil de lo que pensamos y muy enriquecedor.
Con frecuencia se trata que las personas sordas desarrollen un lenguaje oral, pues comúnmente los órganos involucrados en el habla lo permiten. Por ello, a lo largo de los años el foco en la educación para la comunidad sorda ha sido la oralización, es decir, enseñarles a hablar aunque no pudieran escuchar. Se piensa que esto reduce las barreras de comunicación, pero con frecuencia hace también más grandes los retos, pues su lenguaje oral no llegará a ser como el de la mayoría ni podrán sentirse cómodos.
En realidad, la mejor forma de desarrollar las habilidades de lenguaje en los niños sordos es a través de la lengua de señas, pues esto ayudará a fortalecer sus habilidades lingüísticas de forma normal, aunque su lenguaje sea distinto al de otros niños. Incluso, algunos estudios han mostrado que para enseñar a leer es mucho más eficiente que el niño o estudiante conoce la lengua de señas, pues a través de ella desarrollará capacidades cognoscitivas propias de la adquisición de lenguaje.
Es importante que los niños hipoacúsicos tengan una socialización como la del resto, pero debido a su condición es normal que se sientan aislados o que se vuelvan tímidos. Por ello generar estrategias con todos los compañeros de la clase para evitar el aislamiento es muy importante. Aprender en conjunto lengua de señas, hablar con ellos sobre el tema, las diferencias y coincidencias entre todos ellos es muy importante.
Aunque las barreras estarán ahí y será necesario trabajar para superarlas, también podemos disminuir algunos retos con simples ajustes. Cuida que se siente en un lugar cercano a ti, que el aula esté lo mejor iluminada posible y que el alumno pueda verte y ver tu rostro sin problemas, siempre. Encuentra formas de llamar su atención, como tocarlo ligeramente en el hombro, apagar y prender las luces, dar una palmada en la mesa o dar un golpecitos en el piso, las vibraciones llamarán su atención.
Utiliza materiales muy visuales, como esquemas, dibujos o videos que contengan información de forma visual. También procura articular claramente y evita taparte el rostro o dar instrucciones de espaldas, si tu alumno lee los labios necesitará verte mientras lo hace. Sino de todas formas obtendrá información de tus ademanes y expresiones, así que suma mucho de esto en tu clase.
La lengua de señas es una lengua distinta al español, pero que guarda una relación importante, posee características sintácticas y morfológicas propias y está reconocida como una lengua más de la gran variedad que existe en nuestro país. Familiarizarte con ella te será de mucha utilidad en el aula, especialmente si tienes entre tus alumnos a alguno con una discapacidad auditiva. Esta medida es necesaria para comunicarnos tanto con los alumnos como con la comunidad sorda, algo necesario para que exista una verdadera inclusión en nuestra sociedad. ¡Si no tienes alumnos hipoacúsicos también puedes aprender LSM!
¿Has tenido alguna vez un alumno con alguna discapacidad auditiva? ¿Cómo has trabajado esto en el aula?