En la actualidad, de los maestros se exige mucho, se les pide que administrativamente cumplan diversos requerimientos, que en los salones atiendan diferentes situaciones educativas y se espera de ellos que en todos los entornos cumplan con todos los estándares. Entre esas exigencias, también hay salones llenos, poco tiempo para prepararse y distintos estilos de aprendizaje que, en ocasiones, hacen que algunos alumnos queden rezagados. Entonces se pide que los docentes aborden sus clases con estrategias especiales para cada uno. ¿Esto es posible? John McCarthy, un educador de los Estados Unidos, ha abordado esa problemática en sus distintas publicaciones, aquí algunas ideas que podrían ser útiles.
Tengo muchos alumnos
Y precisamente por eso, utilizar estrategias que nos permitan diferenciar el modo en que aprenden los alumnos hará más fáciles las clases. Cuando utilizamos estrategias enfocadas a un solo tipo de alumno entonces tendremos muchos más alumnos perdidos en la clase y por lo tanto, habrá más momentos en los que el control de grupo sea un reto. En cambio, si logramos que nuestros alumnos trabajen, cada uno, de forma eficiente para sí mismos, tendremos una clase comprometida. Aún si son muchos.
¿Cómo enfrentar esto? Dividir al grupo en equipos hará que logremos ver la diversidad sin tener que estudiar a cada alumno, para esto es importante darse un tiempo para conocerlos y luego ubicarlos en distintos grupos. Prueba con tarjetas para que ellos mismos hablen de sí mismos, sin tener que pasar horas con cada uno. Pídeles que evalúen en escalas simples cuánto les gusta una materia, cuáles consideran que sus fortalezas en cuanto a tipos de inteligencia la lógica, la práctica o la creativa, y pídeles que nombren dos o tres intereses suyos fuera de la escuela. Esa información la puedes recabar en tarjetas y más tarde usarla para agruparlos. Según los proyectos, puede ser necesario agrupar a los más afines o crear equipos diversos en los que todos puedan trabajar sus fortalezas. Técnicas como la de rompecabezas o las tarjetas de estilos de aprendizaje pueden facilitar algunos procesos.
Tengo muchos temas que ver
Efectivamente, muchas veces los temarios tratan de cubrir largas listas de tópicos que difícilmente se cubren en su totalidad y nuevamente, cuando tenemos alumnos atrasados o que sienten que alguna materia los deja atrás, notaremos que el rendimiento de nuestro salón bajará en general. Por eso debemos concentrarnos en que los chicos aprendan, es decir, que logren tener la capacidad de analizar y reflexionar sobre el conocimiento que adquieren, de esa forma lograrán entender lo que aprenden, más que memorizarlo, algo que les será de mucha ayuda en los exámenes y lograrán avanzar de forma más rápida, pues hará intuitivo su progreso.
Para eso servirán pequeñas estrategias que nos hagan saber cómo se sienten los alumnos en el salón de clases, cuáles temas se les han complicado más y cuál es su percepción de la clase en general, así como espacios que sirvan a nuestros alumnos para reflexionar sobre su aprendizaje. El boleto de salida, diarios de aprendizaje en los que pueda re-pensar qué aprendieron durante el día y resúmenes al final del día son buenas formas de intentarlo.
Tengo poco tiempo en el salón de clases
Tenemos la idea de que abordar el salón de clases de forma tradicional hará más eficiente el rumbo de nuestra clase, pues será una sola forma de hacerlo, sin embargo, es probable que esto no sea realmente eficiente, pues muchos alumnos comenzarán a perderse y con el paso del tiempo decidirán que la escuela no es lo suyo. En cambio, si generamos un salón de clases en el que los alumnos tengan la oportunidad de ponerse al mismo ritmo de sus compañeros, lograremos que todas las diferencias aporten lo suyo.
Quizá parezca una misión imposible lograr que distintos estilos de aprendizaje se beneficien de un solo maestro y de una sola aula, pero con algunos ajustes podremos acortar la brecha entre unos y otros. ¿Qué estrategias usas en el salón de clases?